En términos generales, los términos “conciencia” y “consciencia” se utilizan indistintamente para referirse a la capacidad humana de ser consciente de sí mismo y del entorno que lo rodea.
Sin embargo, hay una distinción sutil pero importante entre los dos términos.
La palabra “conciencia“ se refiere a la capacidad de tener conocimiento y percepción de algo, es decir, de ser consciente. También puede referirse a la calidad de ser consciente de algo. Por ejemplo, cuando alguien dice “tengo conciencia de que he cometido un error”, se refiere a que es consciente de su error y lo reconoce.
La palabra ”consciencia“, por otro lado, se refiere más específicamente al estado de estar despierto y consciente de sí mismo y del mundo. Este término se utiliza a menudo en contextos espirituales o filosóficos para describir la capacidad de ser consciente y despierto a un nivel más profundo o elevado. Por ejemplo, en la meditación o en la práctica espiritual, el objetivo es alcanzar un estado de consciencia más elevado o expansivo.
En resumen, la diferencia conceptual entre ”conciencia” y “consciencia” es que “conciencia” se refiere a la capacidad de tener conocimiento y percepción de algo, mientras que “consciencia” se refiere a un estado más elevado de estar despierto y consciente de sí mismo y del mundo.