El principio de la frecuencia dominante dicta que la más fuerte impondrá su frecuencia-vibración-armónicos y todo sobre las menores, haciendo que se conviertan en más de lo mismo.
Sin embargo, cuando una menor está bajo una frecuencia dominante, y si hay suficiente fuerza específica propia, o si hay otra fuente que alimenta otras frecuencias, al objeto o persona y de manera constante, puede conservar su frecuencia propia aunque siempre tendrá la interferencia y la influencia de la más fuerte.
Si un objeto no tiene una causa o una fuente de frecuencia propia que lo alimente constantemente, se igualara a la dominante.
Un ejemplo es el Sol. Energéticamente hablando, el Sol impone su frecuencia sobre el resto de los objetos del Sistema Solar, especialmente sobre sus planetas, debido al principio de frecuencia dominante.