Esta palabra significa ángel o vigilante y, en hebreo moderno, ciudad.
Hace referencia a la posibilidad de la manifestación de un efecto causado por el “pensamiento colectivo”, es decir, la posibilidad de que a través de la conjunción de voluntades se forme una entidad psíquica capaz de influir en la realidad.
Cuando un gran número de personas se concentran juntas sobre el mismo tema con la misma intensidad, desarrollan una energía común.
Se dice que los egregores son energías que adquieren conciencia propia y requieren energía para seguir existiendo, por lo tanto la toman de: