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Éter (AEther / Akashia)

Éter a través de la Ciencia Terrestre

En física clásica (siglos XVII–XIX), el éter (o éter luminífero) se propuso como un medio invisible que llenaba todo el espacio y a través del cual se pensaba que se propagaban las ondas de luz. Era una especie de “tejido universal” que permitía que la luz viajara.

A finales del siglo XIX, el famoso experimento de Michelson y Morley (1887) intentó detectar el movimiento de la Tierra a través del éter… y fracasó

Con la llegada de la Teoría de la Relatividad de Einstein (1905), se abandonó la necesidad del éter. Einstein mostró que la luz no necesita un medio para propagarse: puede viajar por el vacío.

En mecánica cuántica y teoría de campos se habla del vacío cuántico, que sí tiene propiedades físicas. En cierto sentido, es un “mar de energía” con fluctuaciones, pero no es lo mismo que el éter clásico.

Éter en Alquimia

En la alquimia, el Éter tiene un significado profundamente simbólico y espiritual. Aether (griego) o Akasha (en tradiciones hindúes, el espacio o vibración primordial), Quintessentia (en latín, literalmente “quinta esencia”).

Representaba lo inmutable, divino y eterno, en contraste con los cuatro elementos materiales sujetos a cambio y corrupción.

El “puente” entre lo físico y lo espiritual, el medio a través del cual operaban las fuerzas cósmicas y la alquimia interna (transformación del alma).

El éter en la alquimia es:

El Éter alquímico evolucionó en conceptos como el plano astral (teosofía) o el cuerpo etérico (antroposofía de Rudolf Steiner).

Referencias

Éter para la divulgación Taygeteana

Ver Glosario ⇒ Fuente, Fuente Original, Éter