La forma de la pirámide y su propósito original: La estructura piramidal fue diseñada cuidadosamente para facilitar la iniciación espiritual, canalizando energías específicas en su centro geométrico. Su forma permitía el acceso a la “infinidad inteligente”, actuando como un portal energético.
Pérdida de funcionalidad de las pirámides: Aunque aún concentran cierta energía, las pirámides como la de Giza ya no operan con la misma eficacia debido a cambios en el campo electromagnético de la Tierra y al mal uso en el pasado, lo que generó disonancias energéticas.
Ya no se necesitan estructuras externas: La humanidad ha evolucionado espiritualmente al punto de no requerir estructuras físicas como las pirámides para la sanación o la iniciación. Ahora, el trabajo energético puede realizarse internamente por individuos que se conocen a sí mismos y están alineados con la “ley del uno”.
El proceso de sanación según la Ley del Uno: La sanación implica un entrenamiento interno en tres niveles: mente (autoconocimiento), cuerpo (equilibrio energético y uso consciente) y espíritu (conexión con la energía universal). Conocerse a uno mismo es el paso más importante del proceso.
Comprensión profunda de la Ley del Uno:La sanación ocurre cuando se comprende que todo es uno, que no hay separación ni imperfección. Entender esta ley universal transforma la percepción de la vida y permite sanar desde el interior, siendo cada persona un microcosmos del universo.
Comentario